Se trata de un paso adelante sobre la nueva regulación, que asigna cuotas de producción de la instalación colectiva a los distintos autoconsumidores y establece que la energía que no consuman instantáneamente deben verterla en la red; podrían recuperarla más adelante, pero abonando los peajes por el uso de la red.
En el reciente Real Decreto 244/2019 autoriza que uno o varios consumidores se abastezcan de una misma instalación de generación. Sin embargo, lo hace de un modo estático, asignando una cuota o coeficiente a cada partícipe -el reparto puede acordarse libremente entre las partes-, e impidiendo que se intercambien los excedentes puntuales.
Registro de instalaciones simplificado, pretende simplificar los trámites administrativos y técnicos necesarios para su implantación, a través de procesos flexibles de los requisitos de medida y eliminando ciertos procesos que entorpezcan su adopción.
El decreto introduce la opción de que los excedentes del autoconsumo vertidos a la red se compensen más adelante, cuando sea necesario, en el plazo de un mes, pero aplicando los habituales peajes de acceso que se cargan sobre la energía consumida por el uso de la red; en el caso de la tarifa doméstica básica (2.0 A) ascienden a 0,044 euros por kWh.
Menos trabas administrativas, ya que se exime a las instalaciones de autoconsumo "sin excedentes", para las que el consumidor asociado ya disponga de permiso de acceso y conexión para consumo, de la necesidad de la obtención de los permisos de acceso y conexión de las instalaciones de generación.
Desde un punto de vista energético, da igual el reparto de la generación y el consumo de la instalación colectiva -son los mismos en todo momento-, pero no desde la perspectiva económica: a los partícipes les interesa más intercambiar sus excedentes para maximizar el autoconsumo instantáneo y evitar que se viertan a la red y tener que pagar los peajes al compensarlos.
Autoconsumo dinámico
Este intercambio de excedentes se puede conseguir aplicando coeficientes dinámicos para distribuir la energía autoproducida que dependan del nivel de la generación y del consumo de los partícipes, en lugar de los coeficientes fijos actuales.
El sector renovable reclama su implantación, porque impulsaría más el autoconsumo, y también lo ha recomendado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).