El viaje del 'Solar Impulse 2', movido exclusivamente por energía solar, demuestra que las nuevas tecnologías en energía se podrán aplicar en el futuro cercano
La exitosa llegada a su destino del Solar Impulse 2, el avión movido únicamente por medio de energía solar, simboliza las esperanzas de un futuro más respetuoso con el medioambiente. Que un prototipo de casi 2,5 toneladas de haya sido capaz de mantenerse en el aire durante más de 110 horas sin aterrizar, intercambiando de manera autónoma casi 2.500 kilovatios por hora entre el sol, las baterías y sus motores, es todo un símbolo del potencial tecnológico del que disponemos para revertir el cambio climático y no agotar los recursos del planeta.
“La tecnología tiene que aportar los medios y mecanismos que hagan posible un desarrollo económico y social compatible con los recursos del planeta”, explica Tomás Fariñas, business manager de la división de Aeronáutica, Espacio y Defensa de Altran España. Esta empresa lleva más de 13 años colaborando con Solar Impulse, aportando ingeniería en la gestión del proyecto, modelización, simulación ingeniería de sistemas, planificación de misión y piloto automático. Solar Impulse 2 demuestra que las nuevas tecnologías en el campo energético tienen una aplicabilidad en el corto o medio plazo, según Fariñas.
La tecnología que hay tras este avión podría, en un futuro, trascender el ámbito de la aeronáutica y extenderse a otros sectores. “Sin duda, se trata de un caso que demuestra la madurez tecnológica, tanto de la generación solar fotovoltaica como del almacenamiento por baterías de litio y de los sistemas de control electrónico que posibilitan este intercambio”, explica Carlos Veganzones, doctor en Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Madrid y experto en energías renovables. Desde Altran, además, defienden que todos los colaboradores de Solar Impulse han desarrollado tecnologías en el campo de la eficiencia energética, materiales o sistemas de navegación –entre otros ámbitos- que hacen posible exportar lo aprendido y aplicar la energía solar en los que hasta ahora esta posibilidad no se había explorado.
Intensificar los esfuerzos
Muchos países ya son partícipes de los acuerdos resultantes de la XXI Conferencia sobre el Cambio Climático –conocida popularmente como COP21-, que tuvo lugar a finales del pasado año en París con el objetivo de frenar el calentamiento global y sus efectos. “La Unión Europea se ha comprometido a alcanzar el objetivo vinculante de que al menos el 27% de la energía final bruta consumida provenga de fuentes de energía renovables, principalmente solar, eólica e hidráulica”, concreta Veganzones.
El 20% de la energía eléctrica en nuestro país proviene de fuentes de energía renovable
En España se ha realizado un gran esfuerzo por integrar de modo masivo los sistemas de generación con energías renovables en el sistema eléctrico. La energía solar se encuentra en una fase de implantación avanzada, en consonancia con el hecho de que este sea uno de los países con más horas de sol de la UE. Según indica el ingeniero industrial, aproximadamente el 20% del total de la energía eléctrica en nuestro país proviene de instalaciones generadoras con fuentes de energía renovables –sin incluir las grandes centrales hidráulicas-, eólica y solar fotovoltaica principalmente. De este modo, el conjunto de instalaciones en España suma una potencia instalada de 33GW, procedente sobre todo de parques eólicos, pero no es suficiente. UNESA, la Asociación Española de la Industria Eléctrica, estima que para poder cumplir con los objetivos de la UE para el año 2030, habría que duplicar esa potencia instalada en energías renovables.
Según Veganzones, la legislación relativa al suministro de energía eléctrica y producción con autoconsumo, establecida por el Real Decreto 900/2015, no es la más acertada. El experto cree que desincentiva la inversión en la generación con energías renovables y, además, es “precipitada”, además de “farragosa” y “ambigua en la definición de conceptos y valoración de peajes por servicios”. Por ello, defiende que se ha de realizar un análisis más profundo, que tenga en consideración a todos los posibles actores que puedan intervenir en un nuevo organigrama que, según él, “posiblemente será necesario definir para el sector de Generación, Transporte, Distribución y Consumo de Energía Eléctrica”.
El equilibrio entre la oferta y la demanda
Estas instalaciones pueden acarrear una serie de problemas derivados de la incertidumbre de la disponibilidad. Es decir, para que el servicio eléctrico funcione es necesario que la generación sea idéntica a la demanda. “Si no se cumpliera este equilibrio, el sistema perdería estabilidad y, como consecuencia, se interrumpiría el servicio en algunas zonas, lo cual es inadmisible, impensable e inasumible en la operación el sistema eléctrico”, argumenta Veganzones. El hecho de que una parte importante de dicha generación se realice por medio de energías renovables dificultaría aún más el equilibrio entre la oferta y la demanda. Tal y como explica el experto en energías renovables, “los consumidores somos libres de elegir el tiempo y la cantidad de energía que requerimos en cada momento” y a esto se le une la incertidumbre en la disponibilidad de la generación, ya que “el sol es el que es en cada momento, al igual que el viento”.
La generación por medio de energías renovables dificultaría aún más el equilibrio entre la oferta y la demanda
Por todo esto, Veganzones defiende que en el futuro será preciso un cierto porcentaje de generación regulable que asegure que exista una reserva de energía suficiente para aportarla cuando sea necesario. “Eso solo lo pueden suministrar con seguridad las plantas convencionales –principalmente centrales de gas y grandes centrales hidráulicas-, aunque los sistemas de almacenamiento como baterías podrían en un futuro contribuir a acumular energía renovable", apunta.
La autonomía energética total
En la Cumbre del Clima de París, los países de la Unión Europea también se comprometieron de cara al año 2030 a reducir en un 30% las emisiones en algunos sectores, entre ellos el de los transportes. Un estudio realizado por la asociación European Road Transport Research Advisory Council (ERTRAC)estima que en 2025 circularán por las carreteras europeas, como mínimo, 15 millones de vehículos eléctricos.
Veganzones opina que un uso realista de las energías renovables en la electrificación del transporte es indirecto, es decir, “que la red eléctrica de distribución –donde hay integrada mucha generación por medio de energías renovables- abastecerá las baterías de los vehículos, especialmente automóviles, en los puntos de carga”. Cree que disponer de mecanismos de autoabastecimiento de energía puede ayudar, pero opina que “las limitaciones de superficie hacen muy difícil conseguir la autonomía energética total del vehículo”.
ERTRAC estima que en 2025 habrá en Europa al menos 15 millones de vehículos eléctricos
Para que la implantación de las energías renovables sea una realidad, tanto en el ámbito de los transportes como en el sector eléctrico en general, es necesario cambiar la estructura, la manera de operar y la forma de mercado de compraventa. “Parece previsible que por un lado se inserte de manera masiva la generación con energías renovables, en parte producida en pequeñas unidades a nivel de usuario; por otro, que se inserten de manera masiva puntos de recarga para eléctricos; y por último que estos nuevos dispositivos se conecten a la red a través de convertidores electrónicos con una gran capacidad de regulación del flujo de energía”, explica. Así, se podría incluso llegar a cambiar la tradicional figura del consumidor pasivo por la de un consumidor que a la vez es productor.
"No se puede evolucionar a cualquier precio"
En este escenario, las empresas en su rol de generadoras de riqueza y consumidoras de recursos han de dar ejemplo si se quiere conseguir que el futuro sea sostenible. “Las empresas debemos realizar una gestión responsable de nuestros objetivos e integrar en nuestro ADN el respeto por el medioambiente. No se puede evolucionar a cualquier precio”, defiende Fariñas, de Altran España.
En coordinación con el proyecto del Solar Impulse ha nacido la iniciativa #FutureIsClean. Esta busca crear una federación de organizaciones que luchen por desplazar la antigua tecnología contaminante por otras más novedosas y limpias. Según Bertrand Piccard, piloto del Solar Impulse 2 y uno de los fundadores de #FutureIsClean, "ya podemos reducir las emisiones de CO2 a la mitad reemplazando los viejos dispositivos contaminantes por las tecnologías energéticamente eficientes que existen en la actualidad".
Aunque el coste inicial de invertir en tecnologías limpias pueda parecer elevado en un principio, Fariñas cree que “es asumible si se ponen los medios a todos los niveles que hagan falta para que a la larga esto se transforme en una ventaja competitiva y económica para la empresa”. Además, él opina que las empresas que quieran ser punteras deberán ser respetuosas con el medioambiente. “No sé si el camino para conseguir que esto sea una realidad será largo, pero seguro que será en cuesta, así que hay que tener el ánimo de andarlo. El no hacerlo no es una alternativa”.