La energía fotovoltaica está creciendo en el mundo a un ritmo medio del 40% desde 1990, que se incrementará hasta el 66% en 2020. A medida que la demanda y el mercado fotovoltaico mundial se estabilizan, en las principales economías del mundo la fotovoltaica constituye uno de los rasgos que identifica a los sistemas productivos más innovadores y competitivos.
China va a elevar su cuota de renovables del 9,8% de 2013 al 15% en 2020 y multiplicará por 7 su potencia fotovoltaica, pasando de 15 GW a 100 GW. La necesidad de la economía china de reducir su dependencia del carbón es el primer motor del crecimiento de la fotovoltaica. Australia ha previsto para los próximos 10 años que el 50% de los hogares tenga autoconsumo fotovoltaico con almacenamiento. India ha aprobado un objetivo de 100 GW FV en 2022.
EEUU ha alcanzado el 17% de potencia instalada de origen renovable. El 70% de la nueva capacidad de generación proviene de fuentes renovables, muy por encima del gas o de la energía nuclear. La fotovoltaica ha pasado de 500 MW en 2004 a 20 GW en 2014 y se espera llegar a 40 GW de potencia instalada en 2016. En 2014 la fotovoltaica residencial creció en Norteamérica un 50% disponiendo de ella 600.000 hogares. El 96% de las nuevas instalaciones tienen lugar en viviendas y en el 99% se aplica el balance neto.
Para 2020, el gobierno federal se ha propuesto triplicar la generación solar en viviendas. La reducción de costes y las políticas de apoyo han ampliado las soluciones de financiación hasta convertir la fotovoltaica en la opción más barata. La ciudad de Nueva York luchará contra el cambio climático con 150.000 instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en hogares y empresas para 2020.
Holanda está experimentando un crecimiento del 100% de la generación fotovoltaica en 2015 provocado por la seguridad jurídica y porque los tribunales de justicia, a través de una denuncia ciudadana, han obligado a su gobierno a reducir un 25% las emisiones de CO2 en 2020, sustituyendo el gas y el carbón por renovables.
Alemania ha alcanzado en el mes de julio su récord de generación renovable al cubrir el 78% de la demanda con energías limpias y el autoconsumo crece un 35% en 2015. La gran coalición del gobierno alemán ha ratificado su hoja de ruta para 2050 con un objetivo de reducción de emisiones de CO2 del 90%, un 80% de generación renovable y 50% de ahorro de energía, con la intención de impulsar la industria alemana.
Francia ha aprobado objetivos similares en su ley de transición energética elevando su objetivo de fotovoltaica a 8 GW para 2020. Dinamarca se ha marcado el objetivo de 100% renovables en los edificios para 2030. Reino Unido va a instalar 20 GW fotovoltaicos en 2020, principalmente en viviendas.
Un crecimiento del 177% en cinco años
La fotovoltaica crecerá un 177% en los próximos cinco años. La demanda mundial en 2019 llegara a los 75 GW. Más del 50% de la nueva demanda fotovoltaica se localizará en los mercados asiáticos, China y Japón. La reducción de costes continuará en los próximos años y en 2017 la paridad de red se alcanzará en el 80% del mundo. En 2020, habrá 11 mercados que crecerán a más de 1 GW cada año, dotando de una estabilidad inimaginable a la fotovoltaica al principio de esta década.
Las causas de este crecimiento han sido el amplio margen de reducción de costes unido a la necesidad de disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de CO2, la seguridad jurídica, el apoyo a la industria nacional, el autoconsumo en edificios y las facilidades de financiación. La realidad es que la tecnología fotovoltaica ha madurado en cinco años a una velocidad imbatible por ninguna otra fuente, hasta convertirse en la energía con más potencial para satisfacer las necesidades energéticas de la humanidad a largo plazo y para eliminar el CO2.
España ha desaparecido de los futuros mercados de la fotovoltaica. El hecho de no querer reconocer en la regulación los beneficios que aportan las renovables al sistema eléctrico es una prueba de la resistencia a abrir la competencia para que miles de consumidores puedan gestionar su propia energía y reducir sus costes. Porque esa es la primera cualidad de la fotovoltaica.
El progreso de la fotovoltaica en el mundo solo es comparable al temor que suscita en el sector eléctrico tradicional, incapaz de competir sin el paraguas permanente del intervencionismo de los reguladores para cerrar el paso a las nuevas tecnologías de generación. La fotovoltaica identifica hoy a las economías más competitivas del planeta y a la producción innovadora.
Fuente: http://www.energias-renovables.com/articulo/la-fotovoltaica-imparable-en-las-principales-economias-20151103