La empresa asturiana
Xerolutions ha desarrollado un carbón sintético que mejora las prestaciones de
los supercondensadores. Estos dispositivos se usan, entre otras aplicaciones,
para el almacenamiento de energías renovables y la regeneración de energía en vehículos,
como es el caso de los sistemas de recuperación de energía cinética
popularizados por las carreras de Fórmula 1.
Los dispositivos de
almacenamiento de energía constituyen un elemento esencial en el desarrollo de
las energías renovables. En concreto, los dispositivos de almacenamiento
electroquímico de energía suponen una vía prometedora de desarrollo en el
sector. Conocidos como supercondensadores, estos dispositivos pueden recargarse
en segundos, liberan la energía rápidamente y pueden funcionar de forma óptima
en un rango mayor de temperatura que las baterías.
Ahora, la empresa
Xerolutions, con sede en Gojón, ha desarrollado un nuevo tipo de carbón
sintético para emplearlo como material activo en supercondensadores. El
material supera significativamente las prestaciones que ofrecen las versiones
comerciales de estos dispositivos, hasta el punto de duplicar la densidad de
potencia y energía conseguidas hasta el momento.
Todo comenzó en el
Instituto Nacional del Carbón (INCAR-CSIC), ubicado en Oviedo, a partir de un
método de síntesis de materiales que permite a los investigadores controlar su
porosidad utilizando la tecnología de microondas. Dentro del INCAR, el Grupo de
Microondas y Carbones para Aplicaciones Tecnológicas (MCAT) es el origen de
esta spin-off, creada con el fin de llevar al mercado sus materiales
nanoestructurados, inicialmente en el campo del almacenamiento de energía.
Tras presentar a la
Comisión Europea un proyecto orientado por la Fundación para el Fomento en
Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (FICYT), la
empresa y su método de producción de carbón sintético han despuntado entre las
2.363 propuestas de toda Europa.
"Para nosotros este
proyecto marca un antes y un después y nos distingue con el sello de calidad
que supone la confianza de la UE en nuestras capacidades y nuestro
enfoque", afirma Ana Arenillas, investigadora del INCAR-CSIC y fundadora
de Xerolutions junto con J. Ángel Menéndez.
MENOR COSTE, MÁS
APLICACIONES
El método convencional
para obtener el carbón activado que se emplea en los supercondensadores
comerciales actuales consiste en activar materiales naturales como cáscara de
coco u otros residuos de biomasa. "Debido a que la materia prima es de
origen natural, este tipo de carbones presentan impurezas y no es posible
ejercer ningún control sobre el tamaño de poro; mientras que el material que
hemos desarrollado, al tratarse de un carbón sintético creado específicamente
para esta aplicación, tiene todas sus propiedades hechas a medida, tanto su
porosidad como su composición química", comenta Menéndez.
De hecho, el factor
diferenciador del nuevo material es el grado de control sobre la nanoporosidad
que hace posible la tecnología diseñada en el INCAR-CSIC, y que en el caso de
estos nuevos materiales de carbono para supercondensadores permite a
Xerolutions "mejorar las densidades de energía y de potencia de estos
dispositivos, lo que se traduce en que podemos ofrecer unos materiales mucho
más competitivos que los que existen en el mercado actualmente" señala Ana
Arenillas.
MATERIAL A MEDIDA
Tal y como explican desde
la firma, los tecnólogos pueden definir las propiedades del material adecuando
la medida de los poros a la del electrolito utilizado, además de actuar sobre
la superficie específica, (la superficie capaz de almacenar la carga
eléctrica). Además, también pueden adecuar la química superficial del material
para potenciar sus propiedades, obteniéndose finalmente "un material a
medida de la aplicación y por lo tanto altamente eficiente", afirman desde
Xerolutions.
"No hay que perder
de vista que las propiedades de un material nanoporoso de este tipo pueden ser
muy diferentes a las de los materiales disponibles hasta ahora. Al poder
controlar esta variedad de parámetros se abren para estos materiales campos de
aplicación nuevos y muy variados, que van desde su uso en dispositivos
electroquímicos para almacenamiento energético a soportes para enzimas que
actuarían como biocatalizadores, pasando por materiales con unas muy buenas
prestaciones como superaislantes térmicos", concluye Menéndez.
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