La investigación en energías renovables ha conseguido incrementar la eficiencia de las células solares desde el 20% al 45%, una cifra que, además de permitir una producción masiva de energía al absorber más del doble de la solar, abarata considerablemente sus costes.
Así lo ha revelado a EFEverde Elisa Antolín, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), una de las cinco científicas que han conseguido las becas de investigación de L’Oréal-Unesco de este año, y cuyo trabajo tiene como objetivo que “la energía solar fotovoltaica se convierta en una forma de producción masiva de energía” cada vez “más barata y más eficiente”.
Antolín ha explicado que cuando se utiliza una célula solar, lo que se hace es recoger su luz y transformar una parte de ella en electricidad que luego se puede almacenar o consumir. Cuanto más eficiente es ese dispositivo, más vatios de electricidad se pueden conseguir para una misma cantidad de luz, ha precisado.
“Somos capaces de fabricar células que absorben el 45% pero ya estamos trabajando para llegar hasta el 50…, y la idea es seguir avanzando para producir cada vez más”, ha dicho.
Abaratar el precio
Así, se pueden fabricar varios tipos de células, de diferentes costes y rendimientos, si bien este grupo está trabajando “en una cosa que es muy interesante”, como es “hacer células más caras pero muy pequeñas y utilizarlas con lentes de concentración” elaboradas con plástico de forma que se pueda concentrar la luz en una “mil veces más pequeña” y, así, “abaratar mucho” el precio.
Esta experta, que acaba de volver del Reino Unido donde ha pasado los últimos dos años con una beca Marie Curie en la Universidad de Nottingham, se dispone a desarrollar ahora su proyecto en el Instituto de Energía Solar de la UPM.
Antolín ha considerado que los factores limitantes para el desarrollo de este tipo de proyectos ya no son científicos o técnicos sino de una naturaleza diferente: “La razón por la cual la energía solar no tiene más presencia no es ya tanto un problema técnico, muy resuelto ahora mismo, sino económico, social y político”.
Según esta científica, importan tanto “el Gobierno y la voluntad política” como “los agentes que están relacionados con la distribución de la red eléctrica” y “la industria que hace los paneles”.
A todos les pide “valentía con las renovables y que abran un poco la mano” en ese sentido, porque “la falta de voluntad” ha provocado que la investigación en España “vaya inevitablemente hacia abajo”, hasta el punto de haber perdido la posición de privilegio que tenía en energía solar hasta 2010. Entonces, España era líder, “los congresos internacionales de fotovoltaica eran inaugurados por grupos españoles” y les llamaban de EEUU, Alemania o Francia “para pedir consejo”.
Sin embargo, “en muy poquitos años” se ha perdido mucha capacidad de investigación “por la falta de recursos”, se ha reducido en un 40% la inversión en investigación y muchas plazas “ya no existen”. Aun así, “la reputación de los grupos españoles en este campo sigue siendo muy buena” y Antolín espera que, si se reacciona a tiempo, “el bache no sea duradero”.