¿Qué requisitos mínimos deben cumplir los instrumentos de medida de consumos?, ¿cómo debe ser la toma y el registro de datos, así como su periodicidad, por parte de las empresas de mantenimiento y/o gestores energéticos?.
Existen unos requisitos que han de cumplir los instrumentos de medida de consumos (agua, energía suministrada a la central térmica y energía térmica útil aportada al edificio), que deben albergar las instalaciones térmicas en los edificios, así como la contabilización de dichos consumos, en aras a conseguir el seguimiento continuo de la eficiencia energética de las instalaciones y su consumo de agua caliente.
El campo de aplicación se circunscribe al ámbito de las instalaciones amparadas por el RITE, es decir, las instalaciones térmicas de climatización (calefacción, refrigeración y ventilación) y producción de agua caliente sanitaria (ACS), tanto en los edificios de nueva construcción como en las reformas realizadas en los edificios existentes, en los términos que se indican en dicho Reglamento.
Según los expertos, lo recomendable es la contabilización de consumos en todas las instalaciones térmicas de potencia superior a 70 kW, con el fin de poder realizar el seguimiento de la eficiencia energética de las mismas.
Así, en este sentido, la eficiencia energética no debe medirse de forma instantánea, ya que son muchos los factores de difícil evaluación que afectan a la misma y que hacen imposible conseguir resultados suficientemente fiables en la práctica cotidiana; sino que debe medirse de forma estacional, es decir, durante períodos concretos de tiempo, aconsejablemente durante períodos anuales, ya que el rendimiento estacional de una instalación varía según la época del año.
El objetivo que debemos perseguir es mejorar la eficiencia energética en las instalaciones térmicas, dentro del ámbito de aplicación del RITE, facilitando la puesta en marcha de mecanismos administrativos que garanticen ésto que comentamos.
Son muchas las razones que avalan la medición de consumos y, con ella, la de la eficiencia energética. Entre éstas se pueden citar las siguientes:
- La eficiencia energética de una instalación térmica puede y debe medirse durante la vida útil de la misma, siendo muy difícil avanzar en su mejora si se desconoce su valor. Una frase muy conocida afirma: "Lo que no se mide, no existe y, además, no puede mejorarse". Sería imposible conseguir en la práctica mejoras constantes de la eficiencia energética, sin medirla.
- Para conseguir la eficiencia energética no basta con instalar calderas de condensación, paneles solares u otros elementos a los que se les suponga ésta. La eficiencia energética es la suma de multitud de factores relacionados con el diseño, montaje y posterior mantenimiento de una instalación, por lo que, en un edificio existente, la eficiencia energética no debe simularse, sino que debe medirse.
- Los profesionales responsables de las instalaciones térmicas en los edificios, entre los que podemos citar a promotores, constructores, arquitectos, fabricantes, ingenieros, instaladores y mantenedores, tendrán una actitud más favorable hacia la eficiencia energética, en sus distintos cometidos, si saben que ésta se va a medir y los usuarios o la Administración les pueden pedir responsabilidades, en caso de que la realidad no coincida con las expectativas creadas al respecto o no se cumplan unos requisitos mínimos de rendimiento.
- Con la medición de la eficiencia energética, los profesionales podrán disponer de datos para mejorar su aptitud en esta cuestión, ya que hasta ahora, la mayoría de las instalaciones han sido diseñadas para cubrir exclusivamente los criterios de confort y seguridad de sus usuarios, prestándose poca o nula atención a los aspectos energéticos. Estos profesionales podrán comprobar los resultados de las distintas soluciones aportadas en el diseño de una instalación, diferenciando aquellos aspectos eficientes de los que no lo son.
- El RITE contempla la posibilidad del diseño de instalaciones desde un punto de vista prestacional, con lo que se podrán obtener magníficos resultados si se da rienda suelta a la imaginación e inteligencia de los distintos profesionales, sin estar encorsetados por un Reglamento prescriptivo, en el que basta con cumplir los requerimientos mínimos establecidos, al margen de los resultados obtenidos. Para ello, es importante comprobar los resultados, una vez puesta en marcha la instalación, por lo que la medición de la eficiencia energética se convierte en una herramienta fundamental en un deseable proceso de innovación y mejora constante de la eficiencia energética de las instalaciones de confort de los edificios.