El planteamiento de entrada es sencillo: ¿cuánto le costará a un país el cambio climático? Se trata de introducir la variable económica en el análisis de las predicciones climatológicas. Numerosos Gobiernos de todo el mundo empiezan a plantearse hoy cómo pueden protegerse del futuro que las proyecciones científicas vaticinan y que transformará su tejido económico.
La empresa vasca Factor CO2, con 10 años de trayectoria, ha desarrollado 900 proyectos en 30 países para Gobiernos y organizaciones internacionales disponiendo de un riguroso análisis que combina tres áreas clave: la climatología, la ingeniería y la economía. En su elaboración ha contado con aportaciones de la Universidad de Cantabria, la de Baleares y la de las Indias Occidentales.
En sus últimos proyectos, Factor CO2 ha dado un paso más allá y con una nueva metodología para ayudar a los Gobiernos a prepararse para los impactos del cambio climático.
El proyecto Análisis económico de la adaptación al cambio climático en Trinidad y Tobago, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha sido pionero en este campo. La adaptación a los impactos del cambio climático pasa de ser una declaración política a convertirse en una receta pragmática de actuación. En este momento, el análisis económico permite monetizar esos daños —lo que permite tener una visión mucho más clara de su magnitud—. En el caso de Trinidad y Tobago, el coste de los daños que causarán las tormentas tropicales hasta 2040 se ha calculado entre los 200 y los 288 millones de dólares al año, si estimamos que los grandes desastres sucederán cada 50 años.
Como firma referente en soluciones frente al cambio climático, Factor CO2 también ha prestado asistencia en los últimos años a otros ejecutivos nacionales como el de Ecuador, México, Ucrania o Tailandia, así como numerosas regiones y ciudades en todo el mundo.
¿Cuánto cuesta poner en marcha este tipo de planes? Es aquí donde entra en juego la perspectiva económica. Desde esta óptica, se dan a conocer las implicaciones financieras que supondría para un Gobierno la materialización de las soluciones contempladas. Indudablemente, acciones públicas y dotaciones presupuestarias van siempre de la mano, de ahí la necesidad de seleccionar y dar prioridad. En el caso de Trinidad y Tobago se identificaron medidas con una inversión potencial de 600 millones de dólares, de las cuales 32 fueron seleccionadas a través de un conjunto de metodologías de análisis y un trabajo de participación público-privado.
Nacida en Bilbao hace 10 años con el objetivo de promover economías y sociedades bajas en carbono, esta empresa cuenta con siete oficinas propias en tres continentes. A su vez, dispone de una filial de intermediación de CO2, que trabaja como intermediaria con empresas industriales en España, Italia y Alemania, así como con una filial de servicios energéticos que desarrolla proyectos de energías renovables y ahorro y eficiencia energética en países como Turquía, Emiratos Árabes o Eslovaquia. Su facturación global fue de 16 millones en 2013.