Si el agua caliente sanitaria (ACS) de tu vivienda o local se produce en un termo eléctrico, te ofrecemos unos pequeños consejos con los que puedes mejorar sus prestaciones, reducir el consumo de energía y agua, así como de tu factura. Si tienes que comprarte uno nuevo, también te aconsejamos para que hagas una buena elección.
Termos eléctricos nuevos:
Capacidad: La capacidad del termo se tiene que calcular considerando que el consumo por persona y día es de 50 litros. Para una vivienda con tres personas, se debería tener un termo de mínimo 150 litros para garantizar un suministro suficiente. En caso de tener mayor capacidad no es un problema, puesto que el agua que no se gaste queda caliente para el siguiente uso.
Posición: Los termos no se pueden poner en cualquier posición. La postura óptima es la posición vertical. Si no tenemos lugar para ello podemos buscar un modelo adecuado para colocarlo en horizontal. En todo momento tenemos que asegurarnos que lo ponemos en la posición para la que ha sido diseñado. Aprovecharemos mejor su capacidad y tendremos la mejor temperatura posible.
Ubicación: Es preferible colocar el termo dentro de la vivienda o local para minimizar las pérdidas de calor, sobre todo en invierno. Debe instalarse lo más cerca posible del lugar de uso (del baño y de la cocina) para reducir la longitud del tubo y el agua que se pierde esperando a que llegue la caliente. Dicho tubo debe ir correctamente aislado para no perder energía con el paso del agua.
Termos eléctricos existentes:
Mantenimiento: Algunos equipos tienen una pieza que se llama "ánodo de sacrifico" o de "magnesio". Está pensado para asumir la corrosión que produce el agua y así proteger el tanque. Debe sustituirse cada cierto tiempo para que el termo tenga una larga vida sin problemas. Aconsejamos consultar el manual del equipo o revisar una vez al año.
Reloj Programador: Un reloj programador colocado en el enchufe del termo nos puede aportar grandes beneficios por un precio muy reducido.
Una opción es programarlo para que el termo no se encienda en las horas de mayor consumo eléctrico de la vivienda (cuando estamos cocinando o cuando acabamos de conectar la calefacción). De este modo evitamos el riesgo de que se ponga a calentar al mismo tiempo que tenemos mucho consumo, maximizando la potencia disponible, sin que salte el automático.
Otra opción es permitir que funcione sólo a altas horas de la madrugada, cuando hay menos consumo. Además de las ventajas indicadas en el punto anterior, colaboramos con el medio ambiente al utilizar electricidad generada con fuentes de pocas o nulas emisiones. Para los que tengan tarifa con discriminación horaria (antes llamada tarifa nocturna), este último consejo le puede supone reducir considerablemente la factura del agua caliente.
Capacidad: Si se acaba el agua caliente, puedes hacer que dure más tiempo de dos maneras:
- Colocar un perlizador en los grifos y en la ducha: Se ahorra hasta el 50% del agua, manteniendo la misma sensación, y el 50% de la energía necesaria para calentar; esto supone doblar la capacidad del termo. Los termos eléctricos permiten trabajar con una presión de agua muy baja y un caudal muy pequeño, lo que beneficia el ahorro de agua.
- Aumentar la temperatura del termo: Si el agua está muy caliente, cerraremos más este caudal y abriremos más el del agua fría, por lo tanto se gasta menos agua caliente y dura más.
Confort: Los termos eléctricos suponen una combinación perfecta con los grifos termostáticos (que ajustan solos la temperatura), ofreciendo un gran confort en la ducha.
Se aconseja comprar un reloj programador digital con batería o pila, ya que los mecánicos pierden la hora cuando falta el suministro eléctrico. Si no nos acordamos de volverlos a poner en hora, el termo acaba funcionando a una hora que no debe y perdiendo así toda la eficacia de esta medida. Si tienes reloj mecánico, revisa que esté en hora.